
El Ejecutivo les ofrece aumentos iguales a la inflación de cada mes. En febrero, uno de cada cinco trabajadores de planta permanente cobró menos de 700 mil pesos.
La Municipalidad aumentó 130 por ciento la Tasa a la Propiedad, mientras Jesús María la subió 160 por ciento. “Paola Nanini priorizó el cuidado del vecino que viene y paga”, dijo el secretario de Economía y Finanzas, Juan Parizia.
Datos, no relato12 de febrero de 2025 REDACCIÓNEn toda la provincia se multiplica el debate por el costo de los impuestos provinciales y municipales. Es que sus vencimientos eran esta semana y, a pesar que hubo prórrogas, el diferimiento de los plazos no fue significativo.
En el cuadro general de situación, la Municipalidad de Colonia Caroya fue la que menor porcentaje de actualización aplicó.
Desde hace años, los intendentes de las localidades de la denominada micro región acordaban similares incrementos y métodos de actualización de los planes de pagos. Este año eso no pasó: mientras que todos actualizarán de la misma manera, Jesús María aumentó la Tasa a la Propiedad el 160 por ciento con respecto a 2024, mientras que Colonia Caroya lo hizo en un 130 por ciento. Sí: 30 por ciento menos, lo que hace de la ciudad gobernada por Paola Nanini la más “barata” desde el punto de vista fiscal.
“El criterio que utilizamos es aplicar lo que prevemos que habrá de inflación, pero cuidando al contribuyente, siguiendo la política de que el aumento del ingreso tiene que darse en relación a la buena administración”, explicó el secretario de Economía y Finanzas, Juan Parizia. “Paola Nanini priorizó el cuidado del vecino que viene y paga y por eso se trató de que fuera lo más cuidado posible el aumento”, añadió.
En 2024, el nivel de cumplimiento en el pago de los contribuyentes caroyenses fue próximo al 70 por ciento, muy superior al de Jesús María, por ejemplo.
Es lo que hay.
A pesar de la inflación acumulada (118 por ciento en 2024), los montos recibidos de coparticipación no aumentaron en igual proporción a lo largo del año pasado, ya sea porque la Nación transfirió muchos menos fondos a las provincias –gran parte de su superávit se logró con esta política- o porque la recaudación provincial bajó. Así, si en enero de 2024 Colonia Caroya recibió 100 pesos, en diciembre no le llegaron 218 pesos, sino 100. Algunos meses, menos. De este modo, la diferencia debió ser absorbida con recursos propios de la Municipalidad, es decir, aportes de los vecinos.
Nada indica que este año esa situación se revierta. Sin embargo, el gobierno local prioriza cobrar un poco menos y que más familias puedan cumplir con sus obligaciones fiscales.
Si no hay obras financiadas con fondos nacionales, si las ayudas provinciales se restringen porque el gobierno cordobés tiene que cubrir los costos que ya no cubre la Nación, ¿de dónde sacarán los municipios los recursos que necesitan para funcionar, hacer obras y hacer frente a sus responsabilidades sociales?
No parece que haya otra salida que aumentar los impuestos locales o, como en el caso de Colonia Caroya, subir las tasas sólo aquello que se estima que el contribuyente podrá pagar.
El Ejecutivo les ofrece aumentos iguales a la inflación de cada mes. En febrero, uno de cada cinco trabajadores de planta permanente cobró menos de 700 mil pesos.
El aumento de los impuestos y el cuento de la sábana corta: si te cubre la cabeza, se te destapan los pies. La coherencia que no aparece a la hora de hacer política con seriedad.